Han transcurrido más de tres años desde que la UE pidió a España que se tomara muy en serio la prevención de las lesiones causadas por instrumentos cortopunzantes en los centros sanitarios, y el Gobierno español aún no ha dado el paso.
El Instituto Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo (INHST) reconoce que, los cortes o pinchazos representan el 50% de los riesgos de accidentes en el puesto de trabajo, este tipo de lesiones afectan a más de 1,2 millones del profesional sanitario, siendo el 46% los profesionales de enfermería.
Los pinchazos o cortes conllevan a una alta posibilidad de contagio de más de 20 virus potencialmente mortales, como la hepatitis (B o C), el Sida y otras enfermedades transmisibles.
Estudios de Europa y otras partes del mundo, demuestran que una combinación de formación adecuada, prácticas más seguras en el trabajo y el uso de material sanitario cortopunzante que incorpore dispositivos de seguridad pasiva, puede prevenir más del 80% de las lesiones por pinchazos. Asimismo, resulta necesario fomentar una verdadera y eficaz cultura de la prevención que abarca las buenas conductas.
Además de la repercusión en la salud de la persona, este tipo de lesiones conllevan importantes gastos económicos. Por ejemplo, la realización de pruebas tras un accidente laboral de este tipo pueden ir desde los 80 euros (si la persona está vacunada) hasta los 1100 euros, solo en pruebas, si la persona no está vacunada.
Para evitar los pinchazos existen unas medidas de prevención que citamos a continuación:
- Prohibición de la práctica de reencapuchar las agujas.
- Utilización de equipos de protección individual (EPIs).
- Fomentar la vacunación entre los profesionales sanitarios.
- Uso de dispositivos con mecanismo de protección integrados.
- Potenciar las actividades formativas e informativas a dichos profesionales.
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