Como ya todos sabéis, los trabajadores de salud están expuestos al riesgo de contraer infecciones por medio de exposicón ocupacional y, además, los empleados del hospital también pueden transmitir infecciones a los pacientes y a otros empleados, como ya hemos dicho en otras entradas. Por lo tanto, es preciso establecer un programa para evitar y tratar las infecciones del personal de los hospitales.
Así, se necesita examinar la salud de los empleados en el momento de la contratación y dicho examen debe comprender antecedentes de inmunización, la exposición previa a enfermedades transmisibles (por ejemplo, tuberculosis) y la inmunidad.
Las inmunizaciones recomendadas para el personal comprenden vacunas contra la hepatitis A y B, la influenza (anualmente), el sarampión, la parotiditis, la rubéola, el tétanos y la difteria. Se puede considerar la inmunización contra la varicela en determinados casos.
La prueba cutánea de Mantoux permitirá documentar una infección tuberculosa anterior y debe realizarse para efectos de evaluación básica.
Es preciso establecer normas específicas para el período posterior a la exposición y asegurar su cumplimiento en el caso del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), hepatitis A, B, C y E, Neisseria meningitidis, Mycobacterium tuberculosis, varicela zóster, Corynebacterium diphtheriae, Bordetella pertussis y rabia.
Exposición al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
La probabilidad de infección por VIH depués de una lesión por punción de aguja empleada en un paciente VIH-positivo es de 0'2% a 0'4% por lesión.
Los factores relacionados con un aumento de la posibilidad de contraer la infección por el VIH después de una lesión en el trabajo comprenden los siguientes:
- lesión (intramuscular) profunda
- sangre visible en el dispositivo causante de la lesión
- empleo del dispositivo causante de la lesión para entrar a un vaso sanguíneo
- paciente considerado como foco de infección con alta carga vírica
- uso de agujas huecas
Debe proporcionarse información sobre medidas preventivas a todo el personal con posibilidad de exposición a la sangre y los hemoderivados. Las normas deben incluir examen de los pacientes, evacuación de objetos cortantes y punzantes y desechos, uso de ropa protectora, buen manejo de los accidentes de inoculación, esterilización y desinfección.
Se debe tomar una muestra de sangre para examen de detección del VIH del trabajador de salud lo más pronto posible después de la exposición y a intervalos regulares para documentar un posible caso de seroconversión. Es preciso informar a los trabajadores de salud de la presentación clínica del síndrome de infección retroviral aguda, semejante a un caso agudo de mononucleosis, que ocurre en 70% a 90% de los pacientes con infección aguda por el VIH y notificar inmediatamente cualquier enfermedad que ocurra en los 3 meses siguientes a la lesión.
Exposición al virus de la hepatitis B
Cuando hay una lesión por obejto cortopunzante, la persona considerada como foco de infección debe someterse a prueba en el momento de la exposición para determinar si está infectada. Puede ocurrir infección del trabajador de salud cuando la prueba de detección del antígeno de superficie de la hepatitis B (HBsAg) o del antígeno e (HBeAg) da resultados positivos en la persona considerada como foco de infección.
Para las personas previamente inmunizadas con un anticuerpo contra el HBs mayor de 10mIU/ml, no se necesita más tratamiento. Para otros, la profilaxis consiste en la inyección intramuscular de inmunoglobulina antihepatitis B y un tratamiento completo con la vacunación contra la hepatitis B. La inmunoglobulina antihepatitis B debe administrarse lo más pronto posible, de preferencia en un lapso de 48h y a más tardar una semana después de la exposición. Conviene hacer un examen serológico posterior a la inmunización para demostrar una respuesta serológica adecuada.
A continuación os dejamos un cuadro explicativo de la afectación de la hepatitis B en el personal sanitario:
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