jueves, 7 de noviembre de 2013

Citomegalovirus

Ya os hemos explicado que muchas de las infecciones nosocomiales son de carácter vírico, y entre ellas se puede encontrar el CMV (citomegalovirus), del cual os haremos una breve explicación a continuación:

A pesar de la elevada prevalencia de infección por citomegalovirus en humanos y de que los pacientes infectados excretan grandes cantidades del virus en sus secreciones, no existe evidencia documentada de transmisión entre pacientes, ni entre estos y el personal sanitario.

El CMV se excreta en la leche de la mayoría de las mujeres seropositivas y determina con frecuencia la infección del neonato. Este hecho solo es de consideración en el prematuro de menos de 30 semanas o peso inferior a 1000g, si bien la tasa de infección sintomática grave no llega al 1%. No hay acuerdo respecto a la conveniencia de tratar la leche materna para prevenir esta infección. La erradicación completa del virus solo se consigue mediante pasteurización, lo cual reduce las propiedades nutritivas e inmunológicas de la leche. Algunos autores optan por la congelación a -20ºC durante 96h, una técnica que puede reducir la dosis infectante hasta un 99%, sin alterar las propiedades del producto. En la actualidad se recomienda solo el uso de precauciones estándar en el cuidado de los pacientes con infección activa por CMV (incluidos los neonatos) y no se recomiendan precauciones adicionales para el personal sanitario femenino gestante. 

La mayoría de las transmisiones de CMV relacionadas con la actividad sanitaria ocurren vía infusión de sangre o hemoderivados y transplante de órganos procedentes de individuos seropositivos. La infección es la regla cuando el receptor de estos productos es seronegativo. Los pacientes seronegativos receptores de un trasplante de órgano sólido procedente de un individuo seropositivo desarrollan con frecuencia, además, enfermedad clínica significativa. En el caso de la sangre, el riesgo de transmisión se reduce mediante la conservación a 4ºC, y especialmente mediante la aplicación de técnicas de leucorreducción. Alternativamente pueden utiilizarse, si se dispone de ellos, sangre o productos hemáticos derivados de donantes seronegativos. En el caso del trasplante, la infección primaria puede prevenirse utilizando órganos de donantes seronegativos. Cuando esto no es posible, los receptores seronegativos de un órgano sólido procedente de un donante seropositivo deben recibir profilaxis antiviral (habitualmente con valganciclovir) durante 3-6meses.

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