jueves, 7 de noviembre de 2013

Prevención y tratamiento de la tos ferina

Hoy, como ya comentamos en una de las entradas de ayer, vamos a centrarnos en los mecanismos de prevención y el tratamiento de la tos ferina. Mañana hablaremos de su diagnóstico y de las posibles complicaciones que pueden aparecer como consecuencia de esta infección.

PREVENCIÓN 

Para impedir que la tos ferina se disemine es necesario establecer todos los métodos de profilaxis que sean necesarios. Una de las primeras medidas que deben de seguir todos los individuos que hayan estado cerca de una persona afectada es realizar un buen lavado de manos y recibir la medicación antibiótica más adecuada (siempre recetada por un médico). El medicamento más utilizado en estos casos es la eritromicina 500 mg, que se suele administrar durante un periodo de dos semanas aproximadamente.
No obstante, aunque existe tratamiento antibiótico, el mejor mecanismo de profilaxis para evitar la propagación de esta patología es la vacuna DTP, formada por toxinas bacterianas inactivadas de las enfermedades de la difteria, el tétanos y la tos ferina. Se administra principalmente a los niños de menos de siete años y, por lo general, la vacuna comienza a hacer efecto a partir de la tercera dosis.
Además de todas estas medidas es muy importante, dentro del ámbito hospitalario, que los trabajadores avisen a las autoridades sanitarias si se piensa que un paciente puede estar infectado por esta enfermedad, así reduciremos la probabilidad de contagio hacia otras personas.


TRATAMIENTO

La medicación más adecuada para tratar la tos ferina es la administración de antibióticos. Existen diversos tipos de antibióticos como la claritromicina o la azitromicina aunque el más utilizado es la eritromicina. En caso de que el organismo de la persona afectada no soporte bien este tipo de medicamentos también se puede emplear el trimetoprim-sulfametoxazol (otro antibiótico). Para que tengan el efecto deseado a la hora de tratar esta patología, estos medicamentos deben de administrarse cuanto antes.
En el caso de los bebés y los niños pequeños, es muy importante vigilarlos todo lo que se pueda ya que, en los casos más graves, puede aparecer una apnea respiratoria siendo necesario el ingreso hospitalario y, a veces, el empleo de ventilación mecánica.
Por último, se debe saber que los fármacos para tratar la tos y la eliminación de las secreciones del sistema respiratorio son ineficaces.

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