Hoy comentaremos, como ya dijimos en previas entradas, cuáles son los signos y síntomas más habituales de la hepatitis "C", puesto que es de vital importancia detectarlos cuanto antes para impedir que se agrave la enfermedad. Hay que tener mucho cuidado puesto que es una patología que, en sus etapas iniciales, es asintomática en el 80% de los casos. Sin embargo, la enfermedad sigue avanzando poco a poco pudiendo llegar, en los casos más graves, a cirrosis y cáncer de hígado.
Mañana hablaremos sobre la prevención y el tratamiento de esta enfermedad.
Mañana hablaremos sobre la prevención y el tratamiento de esta enfermedad.
SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA HEPATITIS "C"
Al principio, cuando la enfermedad es sintomática, los síntomas que se presentan son muy parecidos a los de la gripe, entre ellos nos encontramos:
- Febrícula o hipertermia.
- Tos y estornudos.
- Temblores.
- Fatiga y malestar de todo el cuerpo.
- Molestias en músculos y articulaciones.
- Pérdida de las ganas de comer con la consiguiente disminución de peso.
- Náuseas y vómitos.
- Diarrea.
- Etc.
Más tarde comienzan aparecer otros síntomas más comunes de la esta patología, son los siguientes:
ICTERICIA |
- Presencia de ictericia (coloración amarilla en piel y mucosas), es la característica más habitual en los pacientes afectados por hepatitis debido a una mayor concentración de bilirrubina en el torrente sanguíneo.
- La orina turbia y las deposiciones claras.
- Prurito y manifestación de manchas cutáneas.
- Molestias en la parte derecha del abdomen (hígado) o en la parte izquierda (bazo).
- Presencia de ascitis (acumulación de líquido en la cavidad abdominal).
- Cirrosis (cicatrización del tejido hepático).
HÍGADO NORMAL E HÍGADO CON CIRROSIS
Si la inflamación del hígado se vuelve crónica puede dar lugar a graves alteraciones en cuanto al funcionamiento del hígado. Éstas pueden ser:
- Agudas o repentinas: descenso en la elaboración de ciertas proteínas indispensables para el organismo, alteración funcional del cerebro ya que el hígado no puede deshacerse de los elementos tóxicos del torrente circulatorio y, en los casos más graves, puede terminar en coma.
- Crónicas: suelen darse antes de que se manifieste la cirrosis.
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