Mostrando entradas con la etiqueta signos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta signos. Mostrar todas las entradas

martes, 5 de noviembre de 2013

Diagnóstico y tratamiento del virus de la gripe

Buenos días! Ayer os explicamos la forma de transmisión y la prevención del virus de la gripe, por lo tanto hoy os hablaremos un poco más de su diagnóstico y de su posible tratamiento. Un tema de gran interés, ya que todos los años se producen epidemias de enfermedades respiratorias causadas por la gripe durante el final del otoño o el comienzo del invierno. A pesar de que muchos virus respiratorios pueden causar síntomas de gripe, los virus A y B de la gripe suelen ser responsables de las epidemias hacia el final del otoño el invierno.

Síntomas de gripe

Al comienzo, la gripe cursa con dolores de cabeza, escalofríos y tos seca, síntomas a los que le sigue la fiebre (aparece en el segundo o tercer día) que puede subir hasta 38'5 o 39'5ºC, dolor muscular en brazos, piernas y espalda, y un estado de malestar general y cansancio. Con la fiebre los síntomas respiratorios se hacen visibles: congestión nasal, enrojecimiento y malestar en la garganta.

Al principio, los síntomas respiratorios pueden ser relativamente débiles; posteriormente, la tos puede intensificarse y agregarse esputos. En muchos casos la piel adquiere una temperatura elevada y está enrojecida, especialmente la cara. El enfermo, especialmente si es un niño, puede presentar náusea y vómitos. Los síntomas suelen aparecer durante una semana, luego desaparecen, aunque permanece la sensación de cansancio e inapetencia unos días más. Muy pocas veces la gripe va acompañada de síntomas gastrointestinales.

Al cabo de 2 o 3 días, la mayor parte de la sintomatología desaparece rápidamente, si bien en cuertos casos la fiebre dura hasta 5 días. Sin embargo, la bronquitis y la tos pueden persistir durante 10 días o más y los cambios producidos en las vías respiratorias tardan de 6 a 8 semanas en resolverse completamente. La debilidad y la fatiga pueden prolongarse durante varios días o en ocasiones durante semanas.

Diagnóstico
Por lo general, todos conocen los síntomas de la gripe, y dado que se produce por epidemias, su diagnóstico suele ser correcto por la propia persona o por su entorno cercano. Lo que le diferencia de un catarro común es su gravedad y la presencia de fiebre muy alta. Para identificar la infección por el virus de la gripe se puede realizar una prueba a partir de una muestra de sangre, aunque no siempre es necesario llevar a cabo este procedimiento. 
El mejor modo de establecer el diagnóstico es recuperando el virus mediante un cultivo de secreciones respiratorias.

Tratamiento
El mejor tratamiento es "pasar la gripe", lo que significa que hoy por hoy no tiene curación. Aún así, existen algunos fármacos antivirales (no antibióticos) y remedios de origen natural que pueden reducir la intensidad de los episodios.
Las recomendaciones médicas resultan muy familiares: permanecer en cama y reposar, beber mucho líquido (zumos y caldos) y recurrir a los antitérmicos, analgésicos antipiréticos para rebajar los síntomas, fundamentalmente desde el momento en el que éstos comienzan hasta 24 ó 49 horas después de que la temperatura corporal vuelva a la normalidad. Los antibióticos no sirven para tratar un cuadro gripal, ya que la acción de estos fármacos sólo se dirige hacia las bacterias, y la gripe está producida por un agente viral; sólo en caso de que evolucione hacia complicaciones como neumonía o bronquitis tiene sentido valerse del tratamiento antibiótico. Pero, además de los fármacos antivirales, el paciente tiene la posibilidad de recurrir a terapias naturales para reducir la agresividad de los síntomas.


lunes, 4 de noviembre de 2013

Signos y síntomas de la hepatitis C

Hoy comentaremos, como ya dijimos en previas entradas, cuáles son los signos y síntomas más habituales de la hepatitis "C", puesto que es de vital importancia detectarlos cuanto antes para impedir que se agrave la enfermedad. Hay que tener mucho cuidado puesto que es una patología que, en sus etapas iniciales, es asintomática en el 80% de los casos. Sin embargo, la enfermedad sigue avanzando poco a poco pudiendo llegar, en los casos más graves, a cirrosis y cáncer de hígado.
Mañana hablaremos sobre la prevención y el tratamiento de esta enfermedad.

SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA HEPATITIS "C"

Al principio, cuando la enfermedad es sintomática, los síntomas que se presentan son muy parecidos a los de la gripe, entre ellos nos encontramos:
  • Febrícula o hipertermia.
  • Tos y estornudos.
  • Temblores.
  • Fatiga y malestar de todo el cuerpo.
  • Molestias en músculos y articulaciones.
  • Pérdida de las ganas de comer con la consiguiente disminución de peso.
  • Náuseas y vómitos. 
  • Diarrea.
  • Etc.
Más tarde comienzan aparecer otros síntomas más comunes de la esta patología, son los siguientes:
ICTERICIA
  • Presencia de ictericia (coloración amarilla en piel y mucosas), es la característica más habitual en los pacientes afectados por hepatitis debido a una mayor concentración de bilirrubina en el torrente sanguíneo.
  • La orina turbia y las deposiciones claras.
  • Prurito y manifestación de manchas cutáneas.
  • Molestias en la parte derecha del abdomen (hígado) o en la parte izquierda (bazo).
  • Presencia de ascitis (acumulación de líquido en la cavidad abdominal).
  • Cirrosis (cicatrización del tejido hepático).
    HÍGADO NORMAL E HÍGADO CON CIRROSIS
Si la inflamación del hígado se vuelve crónica puede dar lugar a graves alteraciones en cuanto al funcionamiento del hígado. Éstas pueden ser:
  • Agudas o repentinas: descenso en la elaboración de ciertas proteínas indispensables para el organismo, alteración funcional del cerebro ya que el hígado no puede deshacerse de los elementos tóxicos del torrente circulatorio y, en los casos más graves, puede terminar en coma.
  • Crónicas: suelen darse antes de que se manifieste la cirrosis.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Signos y síntomas, tratamiento y prevención de las bacteriemias

Hoy vamos a comentar cuales son los principales signos y síntomas, tratamiento y prevención de las bacteriemias, de las que ya hemos hablado en entradas anteriores.

SIGNOS Y SÍNTOMAS

Cuando la bacteriemia es temporal suele ser asintomática, ya que el cuerpo de forma natural suele deshacerse de una pequeña proporción de bacterias en un corto periodo de tiempo. Pero cuando la infección pasa de ser transitoria a estar completamente establecida, pueden aparecer distintos signos y síntomas que debemos reconocer para poner en marcha las medidas de actuación que sean necesarias.
Las manifestaciones que se pueden presentar en estos casos son: frío y escalofríos, irritabilidad, naúseas y vómitos, diarrea, hipotensión, debilidad, diaforesis, somnolencia, hipertermia, pérdida de apetito, etc.
Es importante saber que lo más destacado de las bacteriemias es que suelen dar lugar a una sepsis y shock séptico, que se caracteriza por un descenso acusado de la tensión arterial y una insuficiencia renal aguda que puede llevar a la muerte en los casos más graves.

TRATAMIENTO

La medida más importante para combatir una bacteriemia es el establecimiento del tratamiento antibiótico adecuado de forma rápida y eficiente, ya que ha resultado ser muy efectivo en el descenso de la mortalidad asociada a esta enfermedad. De todas formas, es imprescindible empezar con el tratamiento antibiótico lo antes posible porque cuanto más se retrase su comienzo, más disminuye la probabilidad de supervivencia de los pacientes.

 Así mismo, a la hora de tratar esta infección también se debe tener en cuenta el drenaje o tratamiento quirúrgico inmediato sobre el foco que la originó en los casos que sea necesario, la vigilancia de la funcionalidad de los órganos vitales y llevar a cabo un correcto soporte hemodinámico y respiratorio.

PREVENCIÓN

La prevención de la bacteriemia se basa en la implantación de una serie de medidas de profilaxis tanto a la hora de colocar el catéter intravenoso, como a la hora de mantenerlo en buen estado para que no pueda servir como posible fuente de infección para el paciente y, de esta manera, evitar poner en riesgo su salud e incluso la vida.

Medidas durante la colocación del catéter

Lavado riguroso de las manos.
Utilizar métodos de máxima barrera como gorros, gafas de protección, mascarillas, guantes estériles, etc.
Antisepsis de la piel con clorhexidina.
Si vamos a colocar un catéter venoso central, elegir preferiblemente la vena subclavia.
Medidas para el mantenimiento o conservación del catéter

Lavado riguroso de las manos.
Controlar los apósitos y cambiarlos por uno nuevo siempre que sea necesario (cada 48 horas aproximadamente).
Emplear la máxima asepsia posible de todo el instrumental.
Vigilar todos los días el estado de las vías y retirar las que no hagan falta. 

 

martes, 22 de octubre de 2013

¿Cuándo hablamos de infección?

En otra entrada hablaremos de cuáles son las infecciones nosocomiales más frecuentes, pero ateniéndonos a éstas tendremos que establecer unos criterios para saber en qué momento nos encontramos ante una infección de esta índole.

El siguiente cuadro nos ofrece deficiniciones simplificadas que pueden ser útiles para algunos establecimientos sin acceso a técnicas de diagnóstico complejas, ya que nos permiten identificar signos y síntomas.
 
Pero, a parte de las citadas en el cuadro, hay muchos otros sitios de infecciones potenciales, como pueden ser:
  • Las infecciones de la piel y de los tejidos blandos: las lesiones abiertas (úlceras comunes o por decúbito, quemaduras) fomentan la colonización bacteriana y puede ocasionar infección sistémica.
  • La gastroenteritis es la infección nosocomial más común en los niños.
  • La sinusitis y otras infecciones entéricas, las infecciones de los ojos y de la conjuntiva.
  • La endometritis y otras infecciones de los órganos genitales después del parto.